Mónica tiene apenas 11 años y ya vive sumergida en el ciberespacio. Su computadora se ha convertido en su fiel compañera, la que le guarda sus más íntimos secretos. Entre sus más de 500 contactos figuraba una amiga especial que, ella creía, era de su misma edad. Sin embargo, lo que en realidad se escondía detrás del monitor era un pedófilo que le robó su inocencia y que ahora –a través de la red– la extorsiona sexualmente. La menor no sabe cómo escapar de esta pesadilla.
Esta es una historia que viven miles de menores de entre 9 y 16 años en nuestro país. Se trata del acoso sexual de un adulto a un menor mediante la red, delito conocido como ‘grooming’ y que, lamentablemente, no está tipificado en el Código Penal.
Según la División de Investigación de Alta Tecnología (Divindat) de la Dirincri, las denuncias sobre este tipo de delitos han crecido en forma alarmante. Así, al mes son aproximadamente 90 los casos que proceden de las diversas comisarías del país. “A esta cifra se suma un promedio de 15 denuncias al mes que debemos investigar de oficio y que provienen de la Interpol, del FBI, de la Policía de Canadá y de la Guardia Española”, indicó el capitán David Silva Arangoitia, de la Divindat.
Esto último, explicó el oficial, se debe a que las mencionadas instituciones detectan que, desde el Perú, pedófilos contactan con niñas de otros países. Este tema resulta preocupante porque cada vez son más los menores que tienen acceso a la Internet y, lo que es peor, a redes sociales como Facebook y otras.
¿CÓMO OPERAN?
Respecto a estos delincuentes, la Policía informó que son depravados sexuales que esconden sus verdaderas identidades para ganarse la confianza de sus víctimas. Así, se ha detectado tres tipos de acosadores que pueden operar a través de juegos en línea, foros u otras actividades dirigidas a menores de entre 9 y 14 años.
“El primer tipo es definido como ‘directo’ y actúa en forma descarada. En la primera conversación le solicita al menor que encienda la cámara web y, así, comienza el llamado sexo virtual”, detalló el capitán Silva.
Manifestó que el segundo es el ‘oportunista’. Este elige a sus víctimas a través de las fotos que encuentra de ellas en Internet. Finalmente, el tercero es el ‘específico’, quien tiene un objetivo muy claro: obtener imágenes pornográficas para, luego, comercializarlas.
“Estos últimos son los más difíciles de identificar y los que más información e imágenes suelen conseguir”, señaló el oficial a Perú21.
Explicó que, en los tres casos, el chantaje es el arma con el que cuenta el acosador. Apenas obtenga una primera imagen de su víctima, comenzará a presionarla y a amenazarla para conseguir más fotografías y videos.
Ante ello, la Policía recomienda que los padres tengan mucha comunicación con sus hijos y que siempre estén al tanto de las actividades que realizan a través de la red.
“No instale el servicio de Internet en los dormitorios de sus hijos porque los exponen a que su privacidad sea mostrada ante algún pervertido de la red”, precisó el coronel Víctor Meza Gil, jefe de la Divindat.
Dijo que debe aconsejarles a sus hijos que utilicen un perfil privado en las redes sociales, a fin de que solo les permitan el acceso a sus amistades.
“Adviértanles que no se tomen fotografías de carácter comprometedor y con componentes sexuales, así sea una broma entre amigos. La imagen se quedará para siempre en la red y podría ser explotada por un pedófilo”, sostuvo el oficial.
Recomendó que le haga saber a su hijo que si ha sido víctima de algún ataque sexual no elimine al contacto, ni las fotos, ni las conversaciones. “Copie todo en un archivo que, luego, este material servirá como prueba contra el pedófilo”, subrayó Meza.
Finalmente, manifestó que se debe pedir al menor que no ceda a ningún tipo de chantaje y que tampoco se familiarice con sitios web de contenido nocivo. “En las redes sociales como YouTube, Facebook, entre otras, se promueven las drogas, el alcohol, el sexo y el libertinaje”, puntualizó.
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