Los pocos usuarios de Windows XP ya están recibiendo un aviso en forma de popup en su ordenador: el soporte de su sistema operativo termina, definitivamente, el próximo 8 de abril. Y muchos se habrán planteado qué significa exactamente eso de que Windows XP deje de estar soportado por Microsoft.
La consecuencia más directa es que Microsoft va a dejar de distribuir actualizaciones para ese sistema operativo, y que por tanto quedará desprotegido. Pero puede tener unas implicaciones bastante más importantes para muchos. Veámoslas: las consecuencias pueden ser muy importantes para ciertos sectores.

No más actualizaciones

La principal consecuencia de que Windows XP deje de tener soporte es que los usuarios de ese sistema dejarán de recibir cualquier tipo de actualización vía Windows Update. Únicamente se distribuirán, como ya os comentamos, actualizaciones para el antivirus de Microsoft. Por lo que los sistemas únicamente quedarán protegidos ante cierto malware.
Pero si aparecen vulnerabilidades críticas en el sistema, tened claro que Microsoft no va a corregirlas. Y esto tiene un problema muy grave: si aparecen vulnerabilidades críticas en Windows XP, todas las máquinas que lo ejecuten podrán verse afectadas por ella, con los problemas de seguridad y privacidad que puede acarrear.
La recomendación para aquellas personas malintencionadas es más que obvia: si conoces una vulnerabilidad del sistema, espera hasta el día 9 de abril para provocar un ataque de día cero. Bien lo dicen los compañeros de Security by Default. Y el problema de los cajeros automáticos es que podrían aprovechar una vulnerabilidad para, quién sabe, ¿hacer que saque dinero sin meter una tarjeta? ¿Que se ingresara dinero en una cuenta cuando queramos sacarlo, robando a los clientes de una entidad bancaria? Que conste que está muy lejos de mi intención dar ideas.

Funcionarán hasta que se rompan

Otro problema enorme de que Windows XP deje de tener soporte es que hay muchos sistemas que todavía dependen de él para funcionar, pensando sobre todo en sistemas críticos. Pongo un ejemplo: cajeros automáticos. Cerca del 95% de los cajeros automáticos ejecutan una versión ligeramente securizada (y ligeramente distinta) de Windows XP. Habitualmente, de hecho, suele ser un sistema más parecido a Windows Embedded que a Windows XP “per se”.
Lo repito por si acaso no lo hemos leído bien: el 95% de los cajeros automáticos. De todos los existentes en el mundo. Y ya vimos que este sistema, tan conocido por todos, no está exento de errores. Pero el verdadero problema es que el hardware falla. Y seguramente llegará un momento en el que no se fabrique hardware que sea compatible con Windows XP.
En ese momento la migración tendrá que ser forzosa. Y habrá quien se lamente porque la inversión a realizar sea mayor de la debida. Eso, señores, pasa por no migrar los sistemas más importantes a tiempo y por aguantar un sistema obsoleto hasta el final de su última prórroga.
Aunque vamos a ser más lógicos: pensad en una empresa cuyo sistema de información se actualice y ya no sea compatible con XP. Tocará actualizar todo el parque de ordenadores de una empresa a otro sistema operativo, con el gasto en licencias y en hardware (que probablemente también sea necesario cambiar), y la inversión seguirá siendo más que considerable. Esas cosas, reitero, pasan por aguantar hasta el final con un sistema más que obsoleto y que debió ser actualizado hace, como mínimo, cuatro años.
Las aplicaciones seguirán funcionando, sí, pero con la incertidumbre de romperse en cualquier momento.

La única solución: migrar. Y no es nada fácil

No es difícil pensar que nosotros mismos, en nuestra casa, podemos renovar nuestro ordenador, actualizándolo a otra versión de Windows o directamente cambiando de sistema operativo. O incluso podría ser planteable cambiar de ordenador: el gasto es considerable pero muchos usuarios no tendrán que invertir más de tres cifras. El trabajo que tendríamos que dedicar a la migración no seria demasiado elevado, y en pocos días tendríamos un sistema igual de funcionar, o más, que el anterior. El problema no es ese.
El verdadero problema lo tienen las grandes empresas que siguen ejecutando Windows XP. Muchas se podrían enfrentar a la migración de cientos de equipos, con el gasto en mano de obra que supone, sin contar licencias, nuevo contrato de soporte técnico (en su caso), la migración y el nuevo desarrollo de las aplicaciones propias de la empresa (asegurando la compatibilidad con el nuevo sistema)… Y esto contando, por supuesto, con que no haya que adquirir nuevo hardware. El precio se dispararía en ese caso. Microsoft lo dice: es cinco veces más caro mantener XP que actualizar, aunque no podemos decir que sea imparcial.
Lo volveré a repetir: esto pasa por mantener sistemas obsoletos hasta el final. Y que no se diga que no se avisó.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Comenta nuestra Publicación

 
Top