Julian Assange es un periodista, programador y activista de Internet, conocido por su participación en el sitio Wikileaks (Un sitio de denuncias). Nació en Townsville, Queensland, Australia, en 1971. Estudió física y matemáticas, fue hacker y programador antes de asumir su actual cargo como portavoz, asesor y editor en jefe de WikiLeaks. 

Assange ha manifestado que “no se puede publicar un documento sobre la física, sin los datos completos y los resultados experimentales, que debería ser la norma en el periodismo”. Se decía que se encontraba refugiado, con paradero desconocido, ante el riesgo de ser asesinado por agentes especiales aunque el 21 de junio de 2010 se presentó en una conferencia en el parlamento europeo tal como estaba programado.

En 1999, Assange registró el sitio Leaks.org, “pero” según sus palabras “no hice nada con él”. Wikileaks fue fundado en 2006. Julián ahora está entre los 9 miembros asesores, y es un promimente vocero de los medios de comunicación. También ha sido nombrado director y fundador del sitio (aunque él no usa el último término para describirse a sí mismo), y ha dicho que tiene la decisión final en el proceso de examen de los documentos presentados al sitio. Como todos los integrantes del sitio, Assange trabaja como voluntario. Assange fue el ganador de los Premios Amnistía Internacional de los Medios Británicos en 2009, por la exposición de asesinatos extrajudiciales en Kenya con la investigación de “El Llanto de la Sangre”.
Al aceptar el premio, Julian dijo:
“Es un reflejo del coraje y la fuerza de la sociedad keniana que esta injusticia haya sido documentada. Mediante los enormes trabajos de organizaciones tales como las de la Fundación Oscar, la KNHCR, Mars Group Kenya y otros, tuvimos el principal apoyo para exponer estos asesinatos al mundo. Sé que no van a descansar, y nosotros tampoco, hasta se haga justicia.”

En 2008, también ganó el premio del Index on Censorship de la revista The Economist, y otros premios relacionados con los medios de comunicación.
Assange dice que Wikileaks ha publicado más documentos clasificados que toda la prensa mundial junta.

Eso no es algo que digo para demostrar lo exitosos que somos, más bien, eso te muestra el alarmante estado del resto de los medios de comunicación. ¿Cómo es que un equipo de cinco personas ha llegado a mostrarle al público la información mas reprimida, a ese nivel, que el resto de la prensa mundial junta?. Es vergonzoso.

Desde que abrió Wikileaks, Assange ha aparecido en conferencias orientadas a las noticias, como New Media Days ’09 en Copenhague, el Logan Symposium in Investigative Reporting en 2010, y en conferencias orientadas a la seguridad informática, participó en la 25º y 26º Chaos Communication Congress (representando Wikileaks junto con Daniel Schmitt). En la primavera del norte de 2010, estuvo en agencias internacionales de noticias como Al Jazeera English, CNN, MSNBC, Democracy Now!, RT y The Colbert Report para discutir sobre la publicación del video del Ataque aéreo en Bagdad del 12 de julio de 2007 en Wikileaks. El 3 de junio participó via Skype en la conferencia del Foro de Democracia Personal con Daniel Ellsberg.

Assange no ha dado a conocer su fecha de nacimiento, pero si ha dicho que nació en los 1970s. Según un artículo de un diario australiano publicado en 1995, él tenía 23 años en aquel momento. Raffi Khatchadourian en un artículo en el The New Yorker, dice que nació en Townsville, Queensland en 1971. Assange ha dicho que sus padres hicieron una compañía teatral itinerante, y que asistió a 37 escuelas y 6 universidades en Australia. Assange ayudó en 1997 a escribir el libro Underground de Suelette Dreyfus, en el que se lo acredita como investigador. Comprende desde sus experiencias de adolescencia como miembro de un grupo de hackers llamado “Subversivos Internacionales”, en el que involucró un ataque a su casa de Melbourne por la Policía Federal Australiana en 1991. La revista Wired y los periódicos The Sunday Times y The Sydney Morning Herald han apuntado a que existen similitudes entre Assange y la persona llamada “Mendax” en el libro. El New Yorker ha identificado a Assange como Mendax y explica su origen de una frase de Horacio. Assange ha accedido a varias computadoras (pertenecientes a una universidad australiana, a una compañía de telecomunicaciones, y a otras organizaciones) vía modem para probar sus fallas de seguridad. Luego se declaró culpable por 24 cargos de delitos informáticos y fue liberado por buena conducta tras ser multado por AU$2100.
Computación.

Más tarde, Assange vivió como programador y promotor de Software libre. En 1995 escribió Strobe, el primer Escáner de puertos gratis y libre. Strobe inspiró a Gordon Lyon para desarrollar el escáner de puertos Nmap. Empezando alrededor de 1997, Assange co-inventó “Rubberhose deniable encryption”, un concepto criptográfico hecho en un paquete de programas para Linux, diseñado para proveer negación plausible contra el criptoanálisis de manguera de goma, que originalmente estaba destinado a ser “una herramienta para trabajadores de derechos humanos quienes necesitaban proteger información susceptible”. Otro software libre que Assange ha autorizado o co-autorizado incluye el programa de almacenamiento en cache NNTP Usenet y el Surfraw.

Assange estudió física y matemáticas en la Universidad de Melbourne hasta 2006, cuando empezó a trabajar profundamente en Wikileaks. Es sobre todo un autodidacta y extensamente instruido en ciencias y matemáticas. También ha estudiado filosofía y neurociencia. En su página web, describió cómo representó a su universidad en la Competición Nacional Australiana de Física alrededor de 2005. Assange ha dicho que es “bastante cierto” que él está constantemente moviéndose y que está “viviendo en los aeropuertos en estos días”. Ha estado en Vietnam, Suecia, Islandia, Siberia y Estados Unidos. Assange comenzó alquilando una casa en Islandia el 30 de marzo de 2010, donde él y otros activistas trabajaron en el video “Asesinato Colateral”. El 1º de mayo de 2010, luego de arribar a Australia, se le quitó su pasaporte, y cuando se le devolvió le dijeron que este iba a ser cancelado.

La SER entrevista en directo a Julian Assange, fundador de Wikileaks
La Cadena SER entrevista al fundador de la web Wikileaks después de que desvelara el contenido de más de 92.000 documentos secretos referentes a las acciones del Ejército estadounidense durante la guerra en Afganistán.
Si entrar en la página en Internet de Wikileaks es casi imposible desde que el lunes tres medios publicaran la filtración de 90.000 documentos de la guerra en Afganistán, hablar con su sede en Londres parecía misión inalcanzable.
Señor Assange, ¿se esperaban ustedes este impacto a nivel mundial a raiz de esas filtraciones?
Sí. Sabíamos que este material tenía una enorme significación histórica y esperábamos todo este impacto. Trabajamos por ello junto a los tres periódicos con los que hemos colaborado, The Guardian, Der Speigel y The New York Times.
¿Están ahora asustados ante la posibilidad de que su organización -o miembros individuales- reciban represalias o sean llevados ante los tribunales en Estados Unidos?
Asustados no sería la palabra correcta. En este caso estamos preparados para afrontarlo y aguantar el golpe. Es normal que recibamos algún tipo de ataques cuando sacamos a la luz los abusos de organizaciones poderosas.
En su rueda de prensa en Londres el pasado lunes usted insistió en que estos datos no ponen en peligro, como han respondido los gobiernos de los países implicados, la seguridad de personas inocentes. Pero varios medios les acusan hoy de poner en peligro de muerte a informantes afganos de total confianza.
Sí, tenemos que revisar si esas alegaciones son creíbles, las que hemos revisado hasta ahora no lo son. El Times de Londres [uno de los medios que les hace esa acusación] es un periódico con el que no tenemos la relación editorial que tenemos con el Guardian, con quien nosotros trabajamos. Es un periodismo muy diferente. Nosotros hacemos nuestras comprobaciones antes de publicar algo. Y antes de publicar esto, ofrecimos a la Casa Blanca que nos ayudara a revisar estos documentos para asegurarnos de que no mencionaría accidentalmente a ninguna de esas personas. Pero la Casa Blanca no aceptó nuestra oferta. No nos tomamos esas acusaciones de forma literal. Aquí lo importante es entender que todo el asunto parece creíble y no hay que perder de vista el conjunto. Este material documenta que aproximadamente 20.000 personas han muerto en los últimos 6 años, cada batalla declarada, cada identidad expuesta. Que la muerte está ahí presente. No nos tenemos que dejar distraer por lo que puede ocurrir, ocupémonos de los que ha ocurrido.
Pero en todo caso, una vez que esos documentos han aparecido ¿qué es lo que esperan que pase ahora?
Lo que esperamos es que… mira -interrumpe su argumentación-, entre todos los medios hemos revisado en detalle unos dos mil de estos documentos. Pero hay muchos más archivos, unos 92.000. Así que no hemos hecho más que arañar la superficie de estas alegaciones. Por ejemplo de un incidente en que murieron 180 personas y del que apenas se ha hablado. Esto tiene que ser investigado pormenorizadamente.
Algunos de los documentos hacen referencia a países como España, con contribuciones menores. Recogen incidentes con muertes de civiles o de ‘fuego amigo’ ¿Cree que pueden ser demasiado para opiniones públicas que, como la española, tienen sus dudas sobre este conflicto?
No he leído esos informes, pero hay un sentimiento general, que está creciendo, para cambiar lo que pasa en Afganistán. Pero justo ayer un comité del Senado en Estados Unidos ha aprobado un paquete legislativo de 3.000 millones de dólares para escalar la guerra en Afganistán mandando otros 30.000 tropas. Parece que hay una división entre algunas personas en el ejército, asociadas con el estamento militar y la mayoría de la sociedad. No estoy seguro de a dónde puede llevar esa división, pero llevamos 9 años de guerra, y de verdad que algo tiene que cambiar, no podemos tener otros 9 años más. Hace falta una nueva política.
Nos gustaría terminar preguntándole sobre algo que afecta más al futuro de este tipo de periodismo, de investigación y denuncia, que al propio escándalo de las filtraciones. Ustedes alojan sus servidores en Suecia por temas de protección de datos. ¿Cree que, en general, las sociedades democráticas, por ejemplo las europeas, han ido demasiado lejos al restringir la privacidad en la red?
Sí, ha habido un peligroso retroceso en la libertad de prensa. Como la ley mordaza en Italia. Sin embargo hay quien se resiste. Hace unos meses los alemanes llevaron a la Corte Suprema la ley europea de protección de datos, porque consideraban que era inconstitucional, porque violaba la privacidad de las comunicaciones. Hemos estado involucrados en eliminar la legislación restrictiva de Islandia, en llevar a cabo una reforma completa de los medios. Un acuerdo que podría ser atractivo para otros. Y el parlamento europeo aprobó un informe respaldando la legislación islandesa. Además, hay presión desde la prensa. Berlusconi prohíbe que los periódicos italianos puedan publicar las conversaciones telefónicas intervenidas judicialmente. Y están los chinos, y los tailandeses y otros están implementando legislaciones restrictivas. Pero también está la voluntad de la buena gente que está contrarrestando esto. Libertades que vienen de la revolución francesa, la Ilustración y la revolución americana siguen siendo fuertes.
“La vida de Julian Assange, fundador de WikiLeaks, está en peligro” – David Ballota
Daniel Ellsberg fotocopió 7.000 páginas de documentos secretos y los envió al New York Times y al Washington Post. Corría el año 1971. Antes Ellsberg, un joven decidido y brillante con una graduación por Harvard, había servido en la guerra de Vietnam entre 1954-1957 como líder de un pelotón. Ellsberg pidió ser enviado a la embajada estadunidense en Saigón, donde estuvo dos años observando y analizando las condiciones y circunstancias de la guerra sobre el terreno.
En 1967 trabajó en el documento secreto llamado Relaciones EUA-Vietnam, 1945-1967: un estudio preparado por el Departamento de la Defensa, 7.000 mil páginas que pasaron a ser conocidas como Los papeles del Pentágono y en las que se explica con todo detalle que la inestabilidad, las intervenciones, imposiciones y asesinatos políticos en ese país eran en gran medida resultado, desde finales de la segunda guerra mundial, de la política de Estados Unidos.
Al leer este documento Ellsberg tuvo una revelación, pues descubrió que cuatro presidentes estadounidenses habían mentido respecto de su presencia en el sudeste asiático y que, para preservar su imagen, cada uno había terminado por involucrarse más que el anterior. Entonces entendió que lo que pensaba que era una causa noble que se había corrompido había sido desde el comienzo un genocidio inmundo. “No es que estuviéramos del lado equivocado; nosotros éramos el lado equivocado”, dijo Ellsberg

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