Desentrañar qué es la materia y la energía oscuras, componentes del 96% del Universo; continuar con la búsqueda de planetas potencialmente habitables fuera de nuestro Sistema Solar, y avanzar en la ingeniería cuántica para lograr aplicaciones tecnológicas a partir de sistemas que suceden adentro de los átomos, son algunos de los retos que enfrenta la física en esta centuria.
Así lo señalaron científicos universitarios de esa especialidad, reunidos en el Coloquio Grandes retos del siglo XXI, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.
En la mesa, dedicada a la física y coordinada por José Franco López, director General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM y presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, Miguel Alcubierre Moya, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN), recordó que hace 100 años se dedujo que vivimos en una galaxia con 300 mil millones de estrellas, semejante a un disco de 100 mil años luz de diámetro.
Edwin Hubble estudió Andrómeda, la primera galaxia conocida distinta de la nuestra, la Vía Láctea, y descubrió que la mayoría de ellas se alejan, y entre más lejos estén, más rápido se alejan. “Así descubrió que el Universo está en expansión”.
En 1905, con sus teorías de la Relatividad Especial, y General, Albert Einsteinrevolucionó la idea de espacio y tiempo, y demostró que éste es relativo. “Con la General hizo una nueva teoría de la gravedad, manifestación de la curvatura del espacio”, resumió.
Alcubierre destacó que el Big Bang o Gran Explosión, que dio origen al Universo, es una teoría correcta, pero hay dos cosas que los científicos no saben qué son: la materia oscura, que constituye el 23% del Universo, y la energía oscura, que representa el 73%. “Conocemos el cuatro por ciento de lo que nos conforma, pero ignoramos el 96%”.
Planetas extrasolares
Luis Felipe Rodríguez Jorge, investigador emérito del Centro de Radioastronomía y Astrofísica (CRyA), señaló que, además de los componentes oscuros, otro gran reto astronómico del siglo es la búsqueda de planetas fuera de nuestro Sistema Solar (llamados exoplanetas), en especial aquellos potencialmente habitables.
En 1995 se encontró por primera vez un exoplaneta, y hoy se conocen más de 700. “La duda es si habrá vida en algunos de ellos”.
Los primeros conocidos eran de gran tamaño y se parecían a Júpiter, que es 11 veces más grande que la Tierra, y tiene una masa 300 veces mayor. “Con nuevas técnicas ya se han encontrado algunos pequeños, pero ahora buscamos si tienen atmósfera o agua líquida. Estamos en el umbral de descubrir si hay vida en otro”, advirtió.
Ingeniería cuántica
Rocío Jáuregui Renaud, investigadora del Instituto de Física (IF) resaltó, entre muchos otros desafíos en esta área, a la metrología, que busca nuevas mediciones que rompan los límites actuales para crear nuevas frecuencias, escalas de tiempo y sincronía útil para las telecomunicaciones.
También a la física estadística, que aún no entiende fenómenos como la irreversibilidad y la ergodicidad; la imagenología en tercera dimensión, que este siglo hará más aportes a la medicina, y la acústica, que aborda ondas en los océanos, semiconductores y puntos cuánticos.
Otro tema de frontera es la ingeniería cuántica, a la que Jáuregui dedica una línea de investigación. “Su reto es lograr aplicaciones a partir de sistemas cuánticos que suceden dentro de los átomos. Su control y aplicación marcará cambios notables en la física, la química y el cómputo”.
Asimismo, dijo que en México existen avances teóricos en ingeniería cuántica, pero falta formar recursos humanos que se queden en el país.
“Los formamos y acaban en Singapur y otros territorios. Uno de los retos es dar espacio laboral a los nuevos científicos que formamos. La teoría no es suficiente, tenemos que hacer experimentos para llegar a algo”, consideró.
Enseñanza e inversión en ciencias
Luis de la Peña Auerbach, investigador emérito del Instituto de Física, externó que en México falta un proyecto moderno de nación, que invierta en ciencia, y en donde ésta se enfoque al ámbito social. Holanda, con una población similar a la de Puebla y Veracruz, tiene 19 premios Nobel.
“A los niños se les enseña de forma desastrosa física y matemáticas en México. Por eso le tienen miedo y no se interesan en estas ciencias productivas, creativas y placenteras”, afirmó.
Para finalizar, Franco apuntó la necesidad de estrechar la relación entre ciencia, sociedad, Estado e industria. “En todas las áreas estamos muy limitados. En otros países las industrias promueven el desarrollo del conocimiento y aquí compramos soluciones tecnológicas, y así hipotecamos el futuro del país”.
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