Se acerca la Navidad, y lo más probable es que en esta época de compras más de uno haya pedido como regalo algún artilugio tecnológico que sea nuestro deber regalar. Para no equivocarnos ante la variedad de ofertas que por estos días pululan, y para no comprar algo que no vaya a servir como desea esa persona, ten en cuenta los siguientes aspectos al hacer la compra.
1. El destinatario. No es lo mismo comprar una computadora para una persona que solo sabe entrar a Google y utilizar un procesador de texto que para alguien que edita audio o video, o se dedica a la programación. Como tampoco es igual comprar un smartphone o una tableta para el sobrino inexperto que para el geek de la familia. Y créeme, que tu hermano que aspira a ser cineasta, no va a recibir de muy buen agrado una cámara analógica. Piensa cuál es el uso que se le puede dar al regalo y a partir de ahí empieza a ver el modelo, la marca y las características.
2 .La versión. Pensemos en que quieres regalar un iPhone a un ser querido. Digamos que prefieres regalar el iPhone 4 porque es más barato. En este caso, piensa que Apple renueva la versión de sus smartphones al menos una vez al año, por lo que el iPhone 4 (dentro de un año) estará tres pasos detrás de la tecnología de ese momento. Lo mismo ocurre con casi todos los gadgets: las apps que se generen dentro de unos meses consumirán más memoria y recursos, haciendo que el regalo sirva poco al usuario.
3. El precio. A veces, también, comprar “lo ultimito” del mercado no ayuda. Volviendo al ejemplo que dimos en el punto número uno, no sirve de nada comprar una computadora con la que podrías comandar la misión ‘Curiosity’ si la persona a la que se la vas a dar usa solo la calculadora. Y claro, a más tecnología, más gasto. La idea es que la inversión que uno va a hacer para su amigo/familiar/pareja resulten rentables.
4. La batería. Esto puede determinar que nos decidamos por uno u otro. Ocurre con tabletas, smartphones, cámaras y hasta carritos a control remoto. Además, ahora la mayoría de aparatos que podamos comprar no vienen con las clásicas pilas AA. Antaño, podíamos comprar una cámara fotográfica y un cargador de pilas para tener siempre funcionando el equipo cuando, por ejemplo, nos íbamos de viaje, pero ahora es cada vez más difícil encontrar un gadget así. Y ni hablar de los celulares, cuya conexión a Internet suele exprimir nuestras baterías.
5. La memoria. Quisiste que la persona a la que le obsequias una cámara pueda tomar miles de fotos en alta calidad y a las pocas tomas se le va el espacio. Pensaste que el destinatario de esa tableta o smartphone podrá usar miles de aplicaciones pero, a la hora de la hora, solo le alcanza memoria para ponerle poco más que Facebook y Twitter. Discos duros pequeños en las laptops pueden ocasionar problemas similares. Si vas a comprar tecnología, es mejor que te asegures que la memoria que tiene el aparato va a alcanzar o, en todo caso, que haya forma de expandirla a través de tarjetas SD, por ejemplo.
6. La compatibilidad. Sabido es que los productos de Apple funcionan mejor entre ellos y que los que tienen Android trabajan con lo que sea, pero hay más para tener en cuenta: algunas cámaras de video de alta definición, por ejemplo, tienen formatos especiales que complican su edición o que requieren tener algún software extra instalado para poder ver lo que uno ha grabado en la computadora.

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